Visto
lo visto, ahí va un consejo para bandas sin creatividad alguna: si tenéis que
copiar, hacedlo a lo grande, y no lo ocultéis. Y por lo menos, molestaos en
copiar a los mejores, y no a hypes insustanciales. Si lo hacéis bien, no dejará
de tener cierto mérito, ya que puede haber un poso de dignidad en las buenas
copias y en los plagios currados. Ya lo escribía Manuel Francisco Reina en su
obra “El plagio como una de las bellas artes”. En este libro, el autor repasa
grandes nombres de la literatura universal, como Shakespeare o Zorrilla, que no
se libraron del vicio de apropiarse de lo que no era suyo, y declaraba sin
ambages que el plagio puede llegar a ser un arte si logra superar al original.
Y por supuesto, esto no se da tan solo en la literatura. Probad a ver el
western clásico “Raíces profundas”(1953), dirigido por George Stevens, y luego
“El jinete Pálido”, dirigida 32 años más tarde por ese puto mito viviente que
es Clint Eastwood. O “Solo ante el peligro” (1952), de Fred Zinneman, y luego
“La jungla de Cristal”, de 1988, dirigida por John McTiernan, y pensad: ¿héroe
solo enfrentándose a un enemigo superior en un espacio acotado por el amor de
una mujer? Desde luego, el parecido a nivel temático no deja de ser sospechoso…
esto por poner tan solo algunos ejemplos.
Y desde luego, el mundo de la música está
plagado de casos. Ni las leyendas se libran de la criba, conscientemente o no.
Si no que se lo hubiesen preguntado al bueno de George Harrison, que creyó descubrir
la piedra filosofal pop con “My Sweet Lord”, tema perteneciente a su primer
álbum en solitario “All Things must pass”. La melodía es idéntica a la de “He’s
so fine”, canción editada por The Chiffons ocho años antes. Al ex beatle le
tocó desembolsar una buena pasta tras el pleito que le puso la discográfica
propietaria de los derechos del tema original. O también convendría tener una
charla con Jimmy Page, músico aficionado a fijarse en exceso en melodías ajenas
durante los primeros tiempos de Led Zeppelin.
Las frases de “You Need Love” del bluesman Willie Dixon fueron copiadas
sin tapujos en la archifamosa “Whole Lotta Love” de la banda británica, por lo
que, tras ir a juicio, se vieron obligados a incluir el nombre se Dixon en el
nombre del tema. Eso por citar solo dos casos conocidos, ya que la lista de ejemplos
se extiende hasta el infinito. A este
respecto recomiendo seguir la ilustrativa e interesante sección “Esto me suena”,
del gran Pep Gímenez en la web La Colina 45, página en la que colaboro
realizando el Horroróscopo para este grupo de pobres, estúpidos, y desdichados
mortales.
Así
que en definitiva, tratad siempre de ser creativos, pero en caso de que no lo
consigáis y tengáis que copiar, no lo ocultéis, tratad de hacerlo con gracia, y
que po lo menos reulte divertido. Pero hagáis lo que hagáis, no toméis a la
gente por idiota, porque con esto de internet siempre habrá algún listillo que
os acabará pillando tarde o temprano. Y ahora que Miguelín y los suyos han acabado
de ensayar, y yo acabo de daros la chapa pero bien, voy a aprovechar para
volver a mi tumba a disfrutar, esta vez sí, de mi descanso eterno, no sin envidia
de todos los habitantes del cementerio que sufrían de cofosis antes de fallecer.
Hasta más ver.